Prueba Diagnóstica
Esta prueba diagnóstica es una de las más habituales y recurrentes dentro de la oftalmología. Se trata de una herramienta computarizada que diseña un mapa tridimensional de la superficie curva de la córnea. Su gran virtud respecto a otras pruebas diagnósticas es su facilidad a la hora de localizar irregularidades corneales invisibles.
Las utilidades más comunes de esta prueba diagnóstica son el seguimiento de enfermedades como el queratocono, la degeneración marginal pellucida, astigmatismos y sobre todo los estudios previos y posteriores a cirugías láser de astigmatismo, hipermetropía y miopía. En este mismo ámbito de “pre” y “post”, es utilizada también para intervenciones de trasplantes de córnea, así como para adaptaciones especiales de lentes de contacto.
Cuando el astigmatismo viene asociado a la hipermetropía es habitual que el individuo sufra fatiga visual, escozor y enrojecimiento de ojos.
En su aplicación, el paciente deberá sentarse y apoyar su barbilla en una mentonera. La máquina, compuesta por un ordenador conectado a un proyector de anillos de color concéntricos, los situará sobre la córnea del individuo. El software del ordenador interpretará los datos para recrear una copia digitalizada de la forma de la córnea, delimitando elevaciones y curvaturas con diferentes colores.
mirada
